En esta entrada vamos a acercarnos a la realidad de las personas con acondroplasia. Normalmente son olvidadas cuando hablamos de accesibilidad. Quizá conocerlas nos haga más sensibles a la hora de diseñar para todos y todas.
Nos sentimos con el derecho de creer que todavía no es demasiado tarde para emprender la creación de la utopía contraria. Una nueva y arrasadora utopía de la vida, donde nadie pueda decidir por otros hasta la forma de morir, donde de veras sea cierto el amor y sea posible la felicidad y donde las gentes condenados a cien años de soledad tengan por fin y para siempre una segunda oportunidad sobre la tierra.
Gabriel García Márquez
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